Retención de Secundaria y Bachillerato (RSB)
Pregunta: Si tengo un problema o duda, puedo acercarme con confianza a un profesor, orientador u otro personal del colegio para pedir ayuda
Por qué esta pregunta es relevante
Este indicador mide la confianza y cercanía entre estudiantes y adultos de la institución.
En la etapa de secundaria y bachillerato, los adolescentes atraviesan cambios emocionales, sociales y académicos que hacen necesario contar con adultos de referencia.
Si los estudiantes sienten que pueden acercarse, el colegio se convierte en un
espacio seguro y formativo, favoreciendo no solo el aprendizaje, sino también la prevención de problemas de convivencia, deserción o riesgos psicosociales.
Implicaciones de un resultado bajo
Un puntaje bajo indica que los alumnos no perciben apoyo cercano del personal educativo.
Esto puede generar desconfianza, aislamiento y desmotivación escolar, aumentando el riesgo de conflictos no resueltos, bajo rendimiento académico y posibles problemas de salud mental no detectados.
Además, dificulta que el colegio intervenga de manera oportuna en situaciones de acoso, violencia o consumo de sustancias.
Ventajas al tener un resultado alto
Cuando los estudiantes sienten que pueden acudir al personal del colegio, se fomenta un clima escolar positivo y de confianza, lo que fortalece la convivencia, la prevención de riesgos y el rendimiento académico.
Además, un resultado alto es evidencia de una
cultura institucional de acompañamiento, donde los jóvenes no solo aprenden contenidos, sino también habilidades socioemocionales y valores de confianza y respeto.
Recomendaciones prácticas (priorizadas)
Prioritarios:
- Capacitación docente en habilidades socioemocionales y escucha activa: entrenar a los profesores para responder de forma empática y sin juicios a las inquietudes de los estudiantes.
- Presencia visible del equipo de orientación: asegurar que los orientadores y psicólogos sean conocidos por nombre, rostro y función; incluso con horarios de puertas abiertas o visitas a los salones.
- Programas de tutoría o consejería académica-personal: asignar a cada grupo un tutor que dé seguimiento académico y emocional, y que sea un referente accesible.
- Campañas de comunicación interna: colocar carteles, enviar mensajes o usar asambleas escolares para recordar a los alumnos que pueden buscar apoyo, aclarando a quién acudir en cada tipo de situación.
- Espacios seguros y confidenciales: garantizar que existan lugares privados para hablar con un adulto, sin temor a ser juzgado o expuesto frente a sus compañeros.
- Reconocimiento de buenas prácticas: destacar públicamente a docentes y orientadores que han sido valorados por su cercanía, generando modelos positivos dentro de la institución.