Competencias Emocionales
Docentes (CED)
Pregunta: Nos felicita cuando nos esforzamos
por mejorar
Por qué esta pregunta es relevante
Este indicador mide el reconocimiento positivo que los estudiantes reciben por sus esfuerzos, no solo por sus logros.
La capacidad del profesorado y del personal del colegio de valorar el proceso de mejora fomenta la motivación intrínseca, el compromiso y la perseverancia.
Reconocer el esfuerzo envía el mensaje de que el aprendizaje es un camino y no únicamente el resultado final, algo clave para
formar estudiantes resilientes y con mentalidad de crecimiento.
Implicaciones de un resultado bajo
Un puntaje bajo puede indicar que los estudiantes no perciben un reconocimiento suficiente a sus avances, lo que puede disminuir la motivación y aumentar la frustración.
Esto podría derivar en una cultura donde solo se premia el éxito final, dejando de lado el valor de la constancia, el error como aprendizaje y la superación personal.
Con el tiempo, esto puede impactar negativamente en el
clima escolar y en la
autoestima académica de los alumnos.
Ventajas al tener un resultado alto
Un resultado alto refleja que en el colegio existe una cultura de reconocimiento y refuerzo positivo, donde se valora tanto el esfuerzo como el logro.
Esto contribuye a que los estudiantes se sientan motivados, seguros y dispuestos a asumir retos, incluso en áreas donde no tienen un rendimiento natural alto.
También mejora la
relación docente-estudiante, creando un ambiente más cercano y empático.
Recomendaciones prácticas (priorizadas)
Prioridad alta:
- Implementar estrategias de reconocimiento verbal diario en clase, señalando avances concretos (ej. “He visto que hoy te esforzaste más en resolver el problema” en lugar de solo decir “bien hecho”).
- Formar al profesorado en feedback constructivo y específico, centrado en el proceso y no únicamente en el resultado.
- Establecer espacios de retroalimentación positiva en reuniones de grupo, donde los estudiantes puedan reconocer el esfuerzo de sus compañeros.
Prioridad media:
- Crear murales o tablones de logros y esfuerzos, donde se destaquen historias de mejora y perseverancia.
- Incorporar actividades de autoevaluación y reflexión para que los estudiantes identifiquen sus propios avances y los compartan.
Prioridad baja:
- Realizar ceremonias o momentos especiales (mensuales o trimestrales) para celebrar procesos de mejora, no solo premios académicos.
- Involucrar a las familias en el reconocimiento del esfuerzo, compartiendo con ellas ejemplos concretos del progreso de sus hijos.