Niveles de Soledad y Aislamiento Estudiantil (NSAE)


Pregunta: ¿Mis compañeros no me incluyen en sus juegos o actividades?

Por qué esta pregunta es relevante
Objetivo con una flecha en el centro.

Este indicador es fundamental porque mide el nivel de inclusión social y de pertenencia que experimentan los estudiantes.


Sentirse parte de un grupo no solo favorece la convivencia escolar, sino que está directamente relacionado con la autoestima, la motivación académica y la prevención del acoso escolar.


Un niño que percibe que no es incluido en juegos o actividades puede desarrollar sentimientos de aislamiento que impactan negativamente en su bienestar emocional y en su disposición hacia el aprendizaje.

Implicaciones de un resultado bajo
Icono de pulgar hacia abajo negro.

Si este indicador presenta un resultado bajo, significa que varios estudiantes se sienten excluidos.


Las consecuencias pueden ser graves:


  • Mayor vulnerabilidad al bullying o a la marginación.
  • Desmotivación escolar, bajo rendimiento y absentismo.
  • Posible desarrollo de problemas emocionales como ansiedad o depresión infantil.


Un bajo nivel de inclusión indica un clima escolar poco saludable que afecta al conjunto del colegio.

Ventajas al tener un resultado alto
Icono de pulgar hacia arriba negro, que representa aprobación o una respuesta positiva.

Cuando este indicador es alto, refleja un entorno escolar acogedor y positivo, donde los alumnos se sienten aceptados y apoyados por sus pares.


Esto se traduce en:


  • Mejora del rendimiento académico por el sentimiento de pertenencia.
  • Prevención natural del acoso, al fortalecerse las redes de amistad.
  • Desarrollo de habilidades socioemocionales como la empatía, la cooperación y el respeto.
  • Una mayor satisfacción familiar con la institución, ya que los padres valoran mucho que sus hijos sean felices y tengan amistades.
Recomendaciones prácticas (priorizadas)
Portapapeles con tres elementos marcados.

Prioritarios:


  • Fomentar actividades cooperativas en el aula: juegos, dinámicas de grupo y proyectos donde cada estudiante tenga un rol claro para asegurar la participación de todos.
  • Crear programas de “compañero tutor” o padrino: alumnos mayores o líderes positivos acompañan e integran a quienes se sienten más solos.
  • Diseñar recreos inclusivos: capacitar monitores, docentes o animadores de patio que organicen juegos abiertos en los que nadie quede excluido.
  • Observar y detectar casos de aislamiento: formar al profesorado para identificar señales tempranas y actuar antes de que el problema se agrave.
  • Talleres de empatía y convivencia: espacios donde los alumnos reflexionen sobre el valor de incluir a todos y trabajen habilidades socioemocionales.
  • Escuchar la voz de los alumnos: encuestas breves o asambleas para que expresen cómo se sienten y qué proponen para mejorar la convivencia.