Valoración Estudiantil de Innovación
Docente (VEID)
Pregunta: ¿Con qué frecuencia este(a) profesor(a) incluye juegos o actividades divertidas para
ayudar a aprender?
Por qué esta pregunta es relevante
Este indicador es clave para evaluar la metodología pedagógica que emplean los docentes.
El uso de juegos o actividades lúdicas está directamente relacionado con la motivación, el interés y la participación de los estudiantes, especialmente en niveles de primaria y secundaria temprana, donde el componente lúdico es un motor del aprendizaje.
Además, refleja la capacidad del docente de
adaptar su enseñanza a estilos diversos y de generar un ambiente positivo que favorezca la comprensión y la retención de contenidos.
Implicaciones de un resultado bajo
Un puntaje bajo indicaría que el docente usa poco o nada la dimensión lúdica en el aula, lo cual puede derivar en clases demasiado rígidas, menor participación y desmotivación del estudiante.
También puede afectar la creatividad, la socialización y la capacidad de aplicar lo aprendido de forma práctica.
A largo plazo, esto podría influir en la percepción negativa del alumnado hacia la asignatura y limitar el desarrollo de habilidades blandas como la colaboración o la resolución creativa de problemas.
Ventajas al tener un resultado alto
Cuando los docentes incluyen de manera frecuente actividades divertidas y juegos en sus clases, los estudiantes aprenden con mayor entusiasmo, se genera un clima de aula positivo y aumenta la retención de conocimientos.
Además, se fortalece la relación entre profesor y alumnos, porque estos perciben al docente como alguien cercano y creativo.
A nivel institucional, tener docentes que destacan en este aspecto
mejora la satisfacción estudiantil y la reputación pedagógica del colegio.
Recomendaciones prácticas (priorizadas)
Prioritarios:
- Capacitación docente: organizar talleres de estrategias didácticas lúdicas adaptadas a cada materia (por ejemplo, gamificación en matemáticas, dramatizaciones en literatura o experimentos interactivos en ciencias).
- Banco de recursos internos: crear un repositorio digital o físico con juegos, dinámicas y actividades prácticasque los profesores puedan consultar y adaptar fácilmente.
- Integración progresiva: sugerir que los docentes incorporen al menos una dinámica lúdica por semana, aumentando su frecuencia de manera gradual.
- Evaluación de impacto: recoger periódicamente retroalimentación de los estudiantes para identificar qué juegos resultan más efectivos y ajustarlos según el grupo.
- Apoyo directivo: dar reconocimiento a los docentes que innovan con actividades divertidas, fomentando una
cultura institucional que valore la creatividad pedagógica.